Cómo cuidar los cascos de tu caballo: 5 claves esenciales
15-07-2025
¡Sin pie, no hay caballo! Esta expresión tan popular entre jinetes y cuidadores refleja una verdad fundamental: la salud del casco de tu caballo es vital para el bienestar general del caballo. Diversas patologías pueden afectar esta estructura y comprometer seriamente su movilidad. Como en muchas otras áreas del cuidado equino, es mejor prevenir que curar, y para ello existen estrategias sencillas y efectivas que conviene aplicar con regularidad.
Problemas más frecuentes en los cascos
Putrefacción de la ranilla
Uno de los problemas más habituales es el deterioro o “podredumbre” de la ranilla, una parte blanda del casco que puede reblandecerse y mostrar grietas visibles. Esta afección suele estar causada por la humedad constante o la mala higiene del suelo, ya sea en el establo o en los terrenos donde el caballo transita.

En los casos más graves, la grieta puede alcanzar tejidos internos, abriendo la puerta a infecciones por bacterias, hongos o gérmenes. Por este motivo, el tratamiento debe iniciarse cuanto antes.
Hoy en día, el mercado ofrece numerosos productos destinados al tratamiento de la ranilla podrida. Lo recomendable es aplicar el tratamiento a diario durante varios días consecutivos, y siempre que sea posible, mantener al caballo sobre un terreno seco para favorecer la curación y evitar recaídas.
¿Cómo examinar correctamente los cascos de tu caballo?
El examen regular de los cascos es un pilar esencial para su buena conservación. La clave está en detectar los problemas antes de que se agraven, lo que requiere observar cuidadosamente todas las partes del casco: la muralla (o corneadura), la ranilla, la suela y la palma.

Cómo identificar un casco enfermo
El procedimiento correcto comienza con una limpieza meticulosa utilizando un limpiacascos o "cure-pies", con el cual se eliminan piedras, suciedad o restos de estiércol. A continuación, se debe inspeccionar la muralla para identificar posibles fisuras o fragmentaciones.
En cuanto a la ranilla, debe presentar un aspecto suave, flexible y de color claro. Si percibes un olor fuerte o notas un cambio en la tonalidad por ejemplo, un color negro o verdoso, podría tratarse de una señal de infección fúngica o bacteriana.
¿Cómo cuidar los cascos de tu caballo en el día a día?
Una limpieza diaria es fundamental para mantener los cascos en buen estado. Además de eliminar residuos, esta práctica permite detectar heridas, grietas o zonas inflamadas de forma temprana.
El uso de productos específicos como aceite para cascos o ungüentos especializados puede marcar una gran diferencia. El aceite tiene propiedades humectantes que previenen la sequedad y el agrietamiento, al tiempo que protege contra bacterias y hongos.

Por su parte, los ungüentos están formulados para tratar afecciones concretas, como la putrefacción de la ranilla, aportando ingredientes antimicóticos o cicatrizantes.
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Pasos clave para el mantenimiento adecuado del casco
El cuidado no termina con la limpieza: hay ciertos hábitos imprescindibles que deben realizarse antes y después de cada actividad física. Por ejemplo, luego de una excursión en campo abierto, es posible que el caballo haya pisado piedras sueltas o introducido cuerpos extraños en el casco.
Usar un cure-pies con cepillo integrado ayuda a remover cualquier residuo entre los surcos de la ranilla, asegurando así que el casco esté limpio e intacto. También es buen momento para comprobar si hay zonas calientes, grietas o irregularidades.
Cuidados profesionales: recorte (paraje) y herrado
La muralla del casco crece de forma continua, y su desgaste depende en gran parte del tipo de terreno y la cantidad de ejercicio que realiza el animal.
En estado salvaje, los caballos recorren largas distancias en busca de alimento, lo que los expone a terrenos variados desde superficies duras y pedregosas hasta zonas húmedas o desiguales. Esta actividad constante favorece un desgaste natural y uniforme del casco.
Sin embargo, los caballos domesticados, sobre todo los que viven en establos y trabajan en suelos blandos, no desgastan sus cascos de forma suficiente ni equilibrada. Por eso, es necesario recurrir al paraje periódico realizado por un herrador profesional, y en muchos casos, complementar el cuidado con herraduras adaptadas al tipo de actividad del caballo (paseo, salto, trabajo agrícola, etc.).

La importancia de una revisión periódica
Cómo mantener los cascos de tu caballo en buen estado
¡Sin pie no hay caballo! Esta frase tan conocida entre jinetes refleja una verdad profunda. Los cascos desempeñan un papel fundamental en la salud y movilidad del caballo, y son susceptibles a múltiples patologías que pueden afectar gravemente su bienestar. Por ello, la prevención es esencial. A continuación, te ofrecemos consejos prácticos para conservar sus cascos en óptimas condiciones.
Problemas comunes en los cascos del caballo
Putrefacción de la ranilla
Es bastante habitual que la ranilla del casco se reblandezca y desarrolle una grieta. Esta condición suele ser consecuencia de un entorno húmedo o de un mal mantenimiento del terreno donde se encuentra el caballo. En casos graves, la grieta puede llegar a afectar los tejidos vivos del casco o permitir la entrada de bacterias, hongos o gérmenes.
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El tratamiento debe iniciarse cuanto antes. En el mercado existen numerosos productos específicos para ello. La aplicación debe ser diaria durante varios días y, siempre que sea posible, conviene trasladar al caballo a un terreno seco mientras se recupera.

Resultado de un buen mantenimiento
Cómo examinar los cascos de tu caballo
La revisión regular de los cascos es esencial para identificar problemas a tiempo. Es importante comprobar cuidadosamente cada parte del casco: la muralla (o corneadura), la ranilla, la suela y la estructura del pie en general.
Para llevar a cabo una revisión adecuada:
- 1Limpia el casco con un limpiacascos, eliminando por completo piedras, barro u otros residuos incrustados.
- 2Observa si hay grietas o roturas en la muralla.
- 3Examina la ranilla: debe tener una textura firme y un color claro. Si hay olor fuerte o un tono oscuro, puede indicar una infección.
- 4Toca el casco para verificar la temperatura. Un casco caliente puede señalar inflamación o lesión interna.
Cuidados diarios para mantener los cascos sanos
Una rutina diaria de limpieza es fundamental para evitar la acumulación de residuos que puedan provocar infecciones, abscesos o lesiones.

Productos recomendados:
El aceite para cascos hidrata la muralla, previene la sequedad y protege contra bacterias.
El ungüento específico se aplica para tratar afecciones como la podredumbre de la ranilla.
Pasos esenciales para un buen mantenimiento
- Limpiar antes y después del ejercicio, sobre todo tras salidas al campo.
- Usar un limpiacascos con cepillo, para despejar bien la ranilla y revisar que no haya cuerpos extraños.
- Comprobar la temperatura del pie y buscar fisuras visibles o zonas blandas.
- Nunca dejar caer el pie de golpe tras el cuidado. Baja suavemente el casco al suelo.
Paraje y herraje: la intervención profesional
La muralla del casco crece continuamente, aproximadamente 8 mm por mes. Su desgaste natural depende del tipo de terreno y del nivel de actividad del caballo.
En libertad, los caballos recorren grandes distancias y se enfrentan a suelos variados, lo que permite un desgaste natural uniforme.
En cautividad, sobre suelos blandos y con menor movimiento, es necesario recurrir al parage periódico.

Calendario recomendado:
Limpieza correcta de los cascos: paso a paso
- 1Ubicación y seguridad: el caballo debe estar en un sitio tranquilo, con suelo plano y firme.
- 2Posición adecuada: colócate a la altura del hombro o grupa. Desliza tu mano por la pata hasta el menudillo y pide el pie con suavidad.
- 3Sujeción segura: tira ligeramente hacia atrás y apóyalo en tu muslo para mantener control.
- 4Proceso de limpieza: Usa el limpiacascos para eliminar barro, piedras o excrementos.
Termina con un cepillo específico, que puede estar integrado al limpiacascos.
Si el caballo lo disfruta, aprovecha para masajear el casco y estimular la bomba podal, lo que mejora la circulación.
Inspección final: revisa el estado general del casco. Detectar a tiempo una grieta o infección puede evitar males mayores.
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Influencia del entorno en la salud de los cascos
Las condiciones de vida afectan directamente la calidad del casco:
Ambientes húmedos (praderas en invierno, boxes sucios): favorecen la proliferación de bacterias y la aparición de podredumbre en la ranilla.
Climas muy secos: pueden volver la muralla quebradiza, aumentando el riesgo de fisuras o cascos agrietados.
Tratamiento de problemas en los cascos
- Cascos secos o quebradizos: se pueden rehidratar con agua tibia y aplicar aceites nutritivos.
- Ranillas podridas: se recomienda un tratamiento diario con productos a base de alquitrán de Noruega u otros desinfectantes.
- Problemas complejos: bleimes (hematomas internos), fourmilières (infecciones bajo la muralla) o sèmes (fisuras verticales profundas) requieren la intervención inmediata del veterinario y herrador para establecer un protocolo de tratamiento eficaz, con o sin herraduras.
El mantenimiento de los cascos es una de las tareas más importantes en la rutina de cuidado del caballo. Con atención diaria, limpieza adecuada, inspecciones regulares y revisiones profesionales, puedes prevenir la mayoría de los problemas y asegurar que tu caballo se mantenga saludable, cómodo y activo.
Preguntas frecuentes sobre Cómo cuidar los cascos de tu caballo
El cuidado regular de los cascos previene cojeras, infecciones y desequilibrios posturales. Un casco sano permite un rendimiento óptimo y garantiza el bienestar general del caballo.
Los signos incluyen mal olor, grietas, calor, cojera o sensibilidad al tacto. Ante cualquier cambio, es clave consultar al herrador o veterinario para evitar complicaciones.
Generalmente cada 6 a 8 semanas, según el crecimiento del casco, el nivel de actividad y si está herrado o no. Un seguimiento profesional evita deformaciones y problemas posturales.
Se recomienda limpiarlos a diario, especialmente después de entrenamientos o salidas al campo, para evitar acumulación de suciedad, piedras o bacterias que pueden causar lesiones.
Las básicas son el limpiacascos (pick), cepillo rígido, y opcionalmente grasa para cascos. Un kit completo permite una limpieza segura y eficaz sin dañar al animal.
Sí, con limpieza diaria, superficie de descanso seca, revisiones periódicas y herrado correcto. Un entorno limpio y hábitos constantes son la mejor forma de prevención.