7 signos de cólicos en caballos adultos que debes conocer
15-07-2025
Los cólicos en caballos adultos representan la principal causa de mortalidad equina, razón por la cual son tan temidos por los propietarios y cuidadores. Además, constituyen una de las urgencias más frecuentes en la medicina veterinaria equina. En términos clínicos, los cólicos no son una enfermedad en sí misma, sino un síndrome caracterizado por dolor abdominal que puede tener orígenes digestivos o incluso extradigestivos.
Signos de cólicos en caballos adultos: síntomas, causas y urgencias
Este tipo de dolor desencadena una variedad de síntomas similares, independientemente de si su origen se encuentra en el estómago, los intestinos o en otros órganos internos. Por este motivo, una intervención rápida por parte del veterinario es absolutamente esencial para evitar complicaciones graves. En algunos casos, una cirugía de urgencia puede ser necesaria para salvar la vida del caballo.

¿Cuáles son los signos de cólico en un caballo adulto?
Causas mecánicas: los llamados “cólicos verdaderos”
En el sentido más común del término, los cólicos del caballo suelen estar relacionados con un ralentizamiento o una interrupción del tránsito digestivo. Aunque en ciertas ocasiones pueden manifestarse síntomas parecidos debidos a otras causas.
Estos trastornos digestivos pueden tener múltiples orígenes. Por ejemplo, pueden deberse a obstrucciones intestinales, torsiones, acumulaciones de gas o incluso impactaciones debidas a la alimentación.
El papel del veterinario consiste en localizar con precisión el origen del problema, establecer un diagnóstico certero en el menor tiempo posible y elegir el tratamiento más adecuado según el caso. Además, este diagnóstico permite determinar un pronóstico: es decir, evaluar la gravedad del cuadro clínico.
Para comprender mejor lo que ocurre durante un episodio de cólico de origen digestivo, es útil examinar las diversas causas posibles según la zona afectada del aparato digestivo.
Tipos de cólicos más comunes en los caballos

Los signos de cólico pueden variar ampliamente entre caballos. Algunos se muestran inquietos, dejan de comer y/o rascan el suelo, mientras que otros pueden revolcarse con violencia, sudar en exceso y presentar frecuencias respiratoria y cardíaca elevadas. La intensidad de los síntomas no siempre está relacionada con la gravedad del problema, aunque en muchos casos sí lo está.
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El término "cólico" es una designación amplia que engloba diferentes trastornos más específicos. Existen varios tipos de cólicos que pueden afectar a los caballos, entre los más comunes se incluyen:
Cólico espasmódico y gaseoso
Espasmódico: Es el tipo más frecuente y representa más del 80 % de los casos clínicos de cólico. Se produce cuando el intestino sufre contracciones anormales, lo que genera espasmos dolorosos.
Aunque puede ser extremadamente doloroso, suele responder muy bien al tratamiento con medicamentos antiespasmódicos (como el Buscopan), así como a otras terapias. Sus causas pueden incluir una alta carga de tenias (parásitos intestinales), situaciones de estrés, deshidratación leve o incluso ser idiopático (de origen desconocido).
Cólico por impactación y por arena
Impactación: Se refiere a la obstrucción del intestino por alimento u otra materia, lo cual impide el paso normal de líquidos y alimentos, provocando acumulación de gases. Las zonas más afectadas son la unión íleo-cecal (donde el intestino delgado se une al intestino grueso) y la flexura pélvica (una curva pronunciada en el colon mayor).
Las impactaciones ileales suelen estar relacionadas con una alta carga parasitaria, mientras que las impactaciones en la flexura pélvica se asocian a cambios bruscos de manejo (por ejemplo, pasar de pastar al establo). Son frecuentes en caballos en reposo prolongado que consumen en exceso la cama (como paja).
También puede influir una mala salud dental. Aunque suelen resolverse con analgésicos y líquidos, las impactaciones más graves pueden requerir cirugía.
Cólico por desplazamiento o torsión

¿Qué causa los cólicos en caballos adultos?
Torsión intestinal: Es una de las formas más graves de cólico y puede ser mortal si no se trata con rapidez. Se produce cuando el colon se tuerce sobre sí mismo, cortando el suministro sanguíneo de la zona afectada. Este tipo de cólico puede aparecer repentinamente y causar un dolor intenso.
En la mayoría de los casos, es necesaria una intervención quirúrgica de urgencia. Las yeguas que acaban de parir están especialmente en riesgo, aunque también pueden sufrir cólicos postparto por contracciones uterinas leves u otras complicaciones más graves, como hemorragias internas, inversión del útero o ruptura del útero o del colon menor.
Cólico estrangulante
Lipoma pedunculado: Se trata de un tumor graso benigno que se desarrolla en el mesenterio, una fina lámina de tejido conectivo que sostiene los intestinos.
A medida que el tumor crece, este tejido forma un tallo que puede enroscarse alrededor del intestino y cortar la irrigación sanguínea. Son más frecuentes en caballos de edad avanzada y representan una amenaza grave para la vida si no se extirpan quirúrgicamente.
Enteritis y colitis
Enteritis eosinofílica focal idiopática: Aunque es una causa poco frecuente de cólico, se presenta cuando los eosinófilos (un tipo de glóbulo blanco) inflaman y engrosan una o varias zonas del intestino delgado, reduciendo su diámetro y generando una obstrucción.
La causa exacta es desconocida, pero se sospecha una reacción inmunitaria de hipersensibilidad. También pueden influir cambios en la gestión, la dieta o la muerte de parásitos migratorios. Aunque puede afectar a caballos de cualquier edad, se presenta con mayor frecuencia en animales jóvenes (de 0 a 5 años), y su incidencia parece aumentar entre los meses de julio y noviembre. También se ha observado que la localización geográfica puede desempeñar un papel.
En muchos casos se requiere cirugía para eliminar la obstrucción, e incluso puede ser necesario extirpar parte del intestino delgado.
Causas Más Frecuentes de Cólicos en Caballos y Cómo Prevenirlos

La cólica equina no puede evitarse al 100 %, pero existen múltiples estrategias para reducir considerablemente el riesgo de que un caballo sufra esta dolorosa condición. La prevención se basa principalmente en un manejo natural, coherente y saludable de la alimentación y las rutinas del caballo.
A continuación, exploramos las principales causas de cólicos en caballos y las mejores prácticas para prevenirlas.
¿Cómo Reconocer el Dolor Abdominal en un Caballo?
El dolor de origen digestivo se manifiesta a través de señales variables según su intensidad, pero no necesariamente según la localización exacta del problema. Entre los síntomas más comunes de cólico, encontramos:
En estados extremos, y sin atención veterinaria inmediata, el cólico puede derivar en un shock irreversible y la muerte del animal.
Causas Internas y Externas de los Cólicos Equinos

¿Qué hacer si un caballo muestra signos de cólico?
Aunque los médicos veterinarios llevan décadas estudiando esta afección, las causas exactas de todos los tipos de cólicos aún no están del todo claras. Sin embargo, se han identificado varios factores predisponentes:
1. Irregularidad en el ejercicio y la rutina diaria
La interrupción repentina del trabajo físico del caballo puede alterar la motricidad intestinal, favoreciendo episodios espasmódicos y acumulación de gases.
2. Horarios de alimentación inconsistentes
Cambiar bruscamente el tipo de forraje, variar los horarios de comida o no respetar la frecuencia de las raciones puede impactar directamente en el tránsito digestivo.
3. Infestaciones parasitarias
Un alto nivel de parásitos intestinales, especialmente tenias y vermes migratorios, está directamente vinculado a cólicos de tipo obstructivo e inflamatorio.
4. Factores climáticos
Cambios bruscos de temperatura, humedad o presión atmosférica pueden alterar el comportamiento digestivo, provocando espasmos y disfunciones.
¿Qué Ocurre Durante un Cólico? – Explicación Fisiológica
Uno de los mecanismos más importantes implicados en la aparición de un cólico es la alteración de la motilidad intestinal.

Cuando se produce un espasmo intestinal, el movimiento del contenido digestivo se reduce o se detiene en una zona concreta del intestino. Esto puede provocar:
- Distensión del segmento afectado.
- Dolor agudo localizado o irradiado.
- Generación de nuevos espasmos en otras zonas del tracto digestivo, creando un ciclo patológico.
En casos más severos, puede conducir a desplazamientos intestinales temporales o incluso definitivos.
Recomendaciones para Prevenir Cólicos en Caballos
Mantén una rutina diaria constante: horarios fijos para el ejercicio, la alimentación y el descanso.
¿Qué Más Saber?
- Las yeguas después del parto tienen mayor riesgo de cólicos por cambios hormonales y contracciones uterinas.
- Los caballos geriátricos son más vulnerables a lipomas pedunculados, que pueden estrangular partes del intestino.
- La colitis por alteración inmunitaria (como la enteritis eosinofílica) suele aparecer en caballos jóvenes y requiere cirugía en muchos casos.
Preguntas frecuentes sobre signos de cólicos en caballos adultos
Los primeros signos incluyen inquietud, mirarse el abdomen, patear el suelo, sudoración leve y pérdida de apetito. Detectarlos a tiempo es clave para actuar antes de que la condición empeore.
El caballo puede rodar en el suelo, morderse los flancos, relinchar, presentar respiración agitada y mostrar resistencia al contacto abdominal. Estos comportamientos indican malestar digestivo severo.
Cuando los signos empeoran rápidamente, el caballo no responde a estímulos o hay sudoración excesiva, fiebre o distensión abdominal, se trata de una emergencia médica y requiere intervención urgente.
Las causas pueden incluir cambios bruscos en la alimentación, obstrucciones intestinales, parásitos, deshidratación o falta de movimiento. Identificar la causa ayuda a prevenir recurrencias.
Debe contactarse al veterinario de inmediato, evitar que el caballo ruede y mantenerlo en movimiento suave hasta recibir atención profesional. No se deben administrar medicamentos sin indicación veterinaria.
Sí, con una dieta equilibrada, acceso constante a agua limpia, rutinas regulares de ejercicio y desparasitación, además de evitar cambios repentinos en la alimentación. La prevención es la mejor estrategia.