¿Por qué herrar un caballo es importante para su salud?
25-09-2025
¿Alguna vez te has preguntado por qué herrar un caballo sigue siendo una práctica tan común en la actualidad? Aunque los caballos han vivido miles de años sin herraduras, hoy en día este cuidado es fundamental para mantener sus cascos sanos, prevenir lesiones y garantizar un mejor rendimiento en su día a día. Sigue leyendo y descubre las razones clave que hacen del herraje una necesidad y no un simple accesorio.
¿Por qué herrar un caballo?
El herraje de caballos es una práctica milenaria que forma parte del cuidado esencial de los équidos domesticados. Desde hace siglos, los jinetes y cuidadores buscan mejorar el rendimiento y el bienestar de sus animales mediante distintos accesorios: la silla, el filete, las protecciones de las patas… y, por supuesto, las herraduras.

Proteger los cascos del desgaste
Una de las razones principales para colocar herraduras en los caballos es evitar el desgaste prematuro del casco. En estado salvaje, el animal elige de manera instintiva los terrenos por los que se desplaza, alternando hierba, arena, barro o tierra blanda. Sin embargo, al vivir domesticado, su entorno es más limitado y a menudo debe caminar o entrenar en suelos duros como el asfalto o los adoquines, que deterioran rápidamente la coraza del casco.
Incluso en disciplinas menos exigentes, como paseos por el campo o trabajo en picadero, la repetición constante sobre un mismo tipo de terreno puede dañar la estructura del pie. En estos casos, el herraje equino actúa como una barrera protectora, garantizando mayor resistencia frente a la fricción.
Aportar estabilidad y seguridad

Otro de los beneficios de herrar un caballo es la mejora en la estabilidad y el agarre. Piedras pequeñas incrustadas en el casco o suelos resbaladizos (arena, barro, nieve) son responsables de lesiones, abscesos o caídas peligrosas. Para prevenirlo, muchos herrajes permiten incorporar tacos o crampones, especialmente útiles en disciplinas como salto de obstáculos, concursos completos o la equitación western.
Tipos de herrajes según la necesidad
No todos los caballos requieren el mismo tipo de herradura. Existen modelos diseñados para disciplinas específicas: carreras, raid, salto o doma clásica. También se emplean herraduras terapéuticas u ortopédicas, fabricadas en aluminio, resina o materiales plásticos, que ayudan a corregir problemas locomotores o favorecen la recuperación tras una lesión.
Por otro lado, algunos propietarios optan por dejar a sus caballos descalzos siguiendo métodos de manejo natural. En esos casos, resulta imprescindible un mantenimiento riguroso del casco, mediante recortes frecuentes y cuidados específicos.
Materiales de las herraduras modernas

Aunque tradicionalmente se fabricaban en hierro o acero, hoy en día existen alternativas adaptadas al rendimiento deportivo y al bienestar animal:
herrar a un caballo no es únicamente una cuestión de tradición, sino una medida de prevención y rendimiento. Las herraduras ofrecen protección frente al desgaste, mayor seguridad en terrenos difíciles y soluciones terapéuticas adaptadas a cada necesidad. El avance en materiales y técnicas de herraje equino continúa mejorando el bienestar y la longevidad deportiva de los caballos.
Costo y mantenimiento del herrado de un caballo
Costo del herrado

El herrado del caballo implica una inversión económica que es importante planificar para garantizar la salud y el bienestar del animal. En promedio, el costo de un recorte de cascos aislado ronda los 30 € sin impuestos, mientras que un herrado completo, que incluye el recorte y la colocación de herraduras en los cuatro pies, puede alcanzar aproximadamente 70 € sin impuestos.
No obstante, estos precios pueden variar considerablemente debido a varios factores. Por ejemplo, la ubicación geográfica influye en el precio, ya que los honorarios de un herrador profesional no son iguales en todas las regiones. Además, la complejidad del herrado puede afectar el coste: algunos caballos requieren ajustes especiales, como herraduras ortopédicas o adaptadas a patologías locomotoras.
Por otro lado, la frecuencia de herrado también determina la inversión total. Los caballos de competición o de carreras suelen necesitar un seguimiento más frecuente, aumentando así los gastos. Por lo tanto, invertir en un buen herrado no solo es un gasto, sino una inversión directa en la comodidad, seguridad y rendimiento del caballo. Un animal correctamente herrado se desplaza con facilidad, sin dolor ni riesgo de lesiones, y mantiene un equilibrio óptimo en cada paso.
Mantenimiento de las herraduras
Una vez que el caballo ha sido herrado, el cuidado de las herraduras se convierte en una prioridad indispensable. Generalmente, se recomienda renovar las herraduras cada 6 a 8 semanas, aunque este intervalo puede variar según el tipo de actividad y la superficie sobre la que se mueve el caballo.

¿Por qué es tan importante mantener este ritmo?
Con el tiempo y el uso, las herraduras se desgastan, y un hierro en mal estado puede causar desajustes en la pisada, dolor en los cascos o problemas de locomoción. Por ello, es esencial estar atento a señales que indiquen la necesidad de un nuevo herrado, tales como:
- 1Cambios en la manera de caminar o cojera ligera.
- 2Herraduras sueltas o desprendidas parcialmente.
- 3Herraduras visiblemente gastadas o deformadas.
En caso de duda, siempre es recomendable consultar al herrador profesional. Un herrado bien mantenido no solo protege los cascos, sino que también optimiza el rendimiento y la comodidad del caballo, permitiéndole moverse con seguridad y evitando posibles lesiones musculoesqueléticas.
Frecuencia de herrado o recorte según el tipo de caballo

Independientemente de que un caballo esté herrado o descalzo, es fundamental el seguimiento profesional mediante un herrador o pareador:
Los caballos herrados deben ser revisados cada 5 a 8 semanas. La frecuencia exacta depende de la velocidad de crecimiento de los cascos, que varía según la estación y el nivel de actividad del animal.
Los caballos descalzos también requieren revisiones periódicas, aunque los intervalos pueden ser mayores. Durante la transición de ferrado a descalzo, se recomienda mantener un recorte cada 5-6 semanas para asegurar una adaptación gradual y saludable.
El herrador o pareador profesional puede identificar anomalías, desequilibrios o signos de desgaste excesivo, proporcionando recomendaciones específicas según la conformación y necesidades individuales del caballo. Esto garantiza que tanto los caballos herrados como los descalzos mantengan un estado óptimo de salud en los cascos, promoviendo un crecimiento equilibrado y una locomoción segura.