25-09-2025
Las hormigas despiertan curiosidad por su capacidad de organización y cooperación. Los consejos para mantener hormigas como mascotas no se limitan a construir un hormiguero casero, sino a comprender sus necesidades biológicas y sociales. Una colonia requiere alimentación variada, un ambiente adecuado y condiciones que permitan observar su comportamiento natural. Atender estos aspectos transforma la experiencia en un ejercicio educativo y respetuoso, que acerca al ser humano al fascinante mundo de los insectos y a la complejidad de su vida comunitaria.
Consejos para mantener hormigas como mascotas
En el mundo de los animales de compañía, cada vez surgen alternativas más originales que van más allá de los perros, gatos o aves. Una de las tendencias más sorprendentes y educativas es la de mantener hormigas como mascotas, una opción que no solo resulta fascinante para niños y adultos, sino que también ofrece un contacto directo con la biología, la organización social y los ecosistemas en miniatura.

¿Por qué elegir hormigas como mascotas?
Las hormigas poseen una estructura social compleja que permite observar roles definidos como reinas, obreras, soldados y larvas en crecimiento. Su comportamiento organizado convierte a la colonia en un laboratorio vivo, donde se pueden estudiar fenómenos como la cooperación, la división del trabajo y la comunicación química mediante feromonas.
Además, a diferencia de otros animales de compañía, las hormigas no requieren paseos ni cuidados intensivos. Su mantenimiento es sencillo y económico, lo que las convierte en una alternativa perfecta para hogares pequeños, estudiantes o personas con poco tiempo libre.
Beneficios de mantener hormigas en casa

Consejos prácticos para cuidarlas correctamente

- Elegir la especie adecuada: Algunas colonias, como Lasius niger o Messor barbarus, son más recomendadas para principiantes por su resistencia y facilidad de cuidado.
- Preparar un hábitat seguro: Un hormiguero acrílico o de vidrio con sistema de humedad controlada es ideal para reproducir las condiciones de la naturaleza.
- Alimentación equilibrada: Alternar agua con azúcar o miel diluida con fuentes de proteínas como insectos secos o semillas.
- Mantener la higiene: Retirar restos de comida para evitar moho o bacterias que puedan afectar a la colonia.
- Control de la temperatura y humedad: Adaptar el ambiente a la especie elegida, ya que algunas requieren climas más cálidos o secos.
Recomendaciones adicionales para un mejor cuidado
- No exponer el hormiguero directamente al sol.
- Evitar movimientos bruscos que puedan estresar a la colonia.
- Observar periódicamente el crecimiento de la reina y las larvas.
- Usar productos naturales en lugar de químicos agresivos al limpiar el entorno.
Con estos consejos para mantener hormigas como mascotas, cualquier aficionado puede disfrutar de una experiencia única, educativa y relajante en su propio hogar, descubriendo la increíble organización y capacidad de supervivencia de uno de los insectos más exitosos del planeta.
Mantener hormigas en un terrario se ha convertido en una práctica fascinante para quienes desean observar de cerca la organización social de estos insectos. Más allá de su tamaño diminuto, las hormigas representan uno de los modelos más complejos de cooperación y división del trabajo en el mundo animal.
Conociendo la vida de las hormigas en la naturaleza
Antes de instalar un hormiguero casero, es importante comprender cómo viven en estado silvestre. Las colonias de hormigas son comunidades altamente organizadas, donde cada individuo cumple un papel vital para la supervivencia colectiva. Este sistema de eusocialidad las convierte en seres interdependientes que funcionan como una “superorganismo”, es decir, una colonia que actúa como si fuera un solo ser con inteligencia compartida.
Organización social y jerarquía

Dentro de la colonia, la reina tiene como función principal la reproducción y puede vivir entre 9 y 15 años, almacenando esperma suficiente para toda su vida tras un único vuelo nupcial. En ocasiones, varias reinas conviven en un mismo hormiguero (colonias políginas), lo que asegura un crecimiento más rápido. Los machos, en cambio, mueren poco después de la cópula.
Las obreras, que carecen de alas, realizan todas las labores esenciales: excavar túneles, buscar alimento, defender la colonia y cuidar de las larvas. Su vida es más corta, entre 3 y 5 años, pero su actividad incansable garantiza el equilibrio de la colonia.
Diversidad de nidos
Una de las características más sorprendentes de las hormigas es su capacidad para construir nidos adaptados al entorno:
- Nidos subterráneos: consisten en galerías y cámaras bajo tierra que pueden alcanzar más de un metro de profundidad, dependiendo de la especie. Estas estructuras permiten regular la temperatura y proteger el couvain (huevos, larvas y pupas).
- Nidos epigeos: se construyen con tierra o restos vegetales formando montículos visibles sobre el suelo. Suelen orientarse hacia el sur para aprovechar la energía solar, lo que demuestra la capacidad de las hormigas de manipular su microclima.
- Nidos arborícolas: instalados en huecos de árboles o en ramas muertas. Algunas especies fabrican “cartón” con fibras vegetales y saliva, mientras que otras cosen hojas utilizando seda producida por las larvas.
Aspectos científicos y prácticos para su cuidado

Cuando se reproducen estas condiciones en un terrario, no solo se ofrece bienestar a la colonia, sino que también se abre una ventana única de observación para el aficionado. Comprender la biología de las especies elegidas (como Camponotus, Lasius o Messor) permite ajustar la humedad, la temperatura y el tipo de alimento adecuado.
Recomendaciones adicionales para un terrario exitoso
- Seleccionar especies nativas de la región para evitar riesgos ecológicos.
- Proporcionar un sustrato que imite el suelo natural (arena, tierra o fibra de coco).
- Mantener un equilibrio de humedad, ya que el exceso puede favorecer hongos perjudiciales.
- Observar el comportamiento del couvain para evaluar la salud general de la colonia.
- Usar materiales seguros y no tóxicos en la construcción del terrario.
Con estos consejos para mantener hormigas como mascotas, cualquier persona interesada en la entomología puede disfrutar de una experiencia educativa, científica y respetuosa con el medio ambiente, aprendiendo en detalle cómo funciona uno de los sistemas sociales más avanzados del reino animal.
De principiante a cuidador: cómo obtener tu primera reina
¿Cómo conseguir una reina de hormigas?

Para comenzar una colonia de hormigas domésticas, lo primero es obtener una reina, ya que sin ella no habrá descendencia ni continuidad en la colonia. Existen dos formas principales de hacerlo:
1. Encontrarlas en la naturaleza durante los vuelos nupciales.
Estos vuelos ocurren cuando los machos y las hembras alados abandonan sus nidos para reproducirse. Una vez fecundada, la reina pierde sus alas y busca un lugar donde fundar una nueva colonia.
En climas templados, los vuelos nupciales tienen lugar casi todo el año, excepto en invierno, aunque la mayor actividad suele concentrarse en los meses cálidos de verano y principios de otoño. Cada especie tiene su propio calendario de reproducción, por lo que conviene informarse sobre las fechas específicas.
2. Adquirirlas en tiendas especializadas.
Actualmente existen numerosas tiendas en línea dedicadas a la venta de reinas y colonias de hormigas. Esta opción resulta especialmente útil si deseas criar especies exóticas o difíciles de encontrar en tu entorno natural.
Sin embargo, es importante elegir vendedores responsables que cumplan con las normativas de conservación y transporte de fauna.
¿Qué especies son recomendables para principiantes?

No todas las especies de hormigas son adecuadas para quienes recién se inician. Lo más aconsejable es empezar con colonias resistentes, capaces de adaptarse a errores comunes de principiante, como una mala regulación de la humedad o un descuido puntual en la alimentación. Evita aquellas especies muy delicadas, de crecimiento extremadamente lento o con requerimientos ambientales muy estrictos.
Algunas opciones recomendadas son:
- Lasius niger: también llamada “hormiga negra de jardín”. Es muy común en Europa y una de las más fáciles de mantener, con colonias activas y rápidas en su desarrollo.
- Lasius emarginatus: similar a la anterior, pero con un atractivo aspecto bicolor: tórax rojizo y cabeza y abdomen negros.
- Lasius flavus: más pequeña y de tono amarillento, suele ser menos activa, pero igualmente abundante y resistente.
En general, las especies del género Lasius son excelentes para dar los primeros pasos en la mirmecología doméstica.
Especies alternativas para criadores con más experiencia
Si buscas un reto mayor o un comportamiento más particular, existen otras especies igualmente interesantes, aunque requieren cuidados adicionales:
- Messor barbarus: una hormiga granívora que se alimenta casi exclusivamente de semillas, lo cual simplifica la dieta. Sin embargo, es una especie perforadora que puede dañar materiales como yeso o cemento celular si no se acondiciona un hormiguero adecuado y resistente.
- Myrmica rubra: una especie polígina (puede tener varias reinas en una misma colonia) y con gran voracidad hacia los insectos. Requiere ambientes muy húmedos y temperaturas controladas, nunca superiores a 25–28 °C. Además, poseen un aguijón que utilizan en caso de sentirse amenazadas, lo cual exige precaución.
Los vuelos nupciales: un espectáculo natural
Casi todos hemos visto en alguna ocasión a los machos y hembras alados salir en masa de sus nidos y emprender el vuelo. Este fenómeno, conocido como vuelo nupcial, es fundamental en el ciclo de vida de las hormigas. Durante estos eventos, los machos fecundan a las hembras y mueren poco después, mientras que las reinas, ya fertilizadas, buscarán un lugar donde excavar y dar inicio a una nueva colonia.
Observar este proceso no solo resulta fascinante, sino que también puede ser la oportunidad perfecta para quienes deseen iniciar su propia colonia desde cero.
Comenzar en la cría de hormigas como mascotas requiere paciencia, observación y la elección correcta de la especie. Con una reina adecuada y los cuidados básicos, esta afición puede convertirse en una experiencia educativa, relajante y muy enriquecedora.