La iluminación LED y las pantallas domésticas emiten una intensa luz azul que altera la orientación natural de numerosos insectos nocturnos. Estudios entomológicos recientes demuestran que este tipo de radiación incrementa su atracción lumínica hasta un 65 %, especialmente en polillas y mosquitos. Las cortinas iluminadas y los dispositivos encendidos durante la noche actúan como focos de estímulo visual que confunden sus sistemas de navegación. Comprender cómo y por qué los LED modifican el comportamiento nocturno es esencial para reducir su presencia en el hogar y mitigar el impacto ecológico de la luz artificial.
El espectro y el patrón de luz en los electrodomésticos que atraen a ciertas familias de insectos.

Las luces de los electrodomésticos, pantallas y LED interiores emiten un espectro que muchos insectos nocturnos detectan como señal de orientación o alimento, lo que favorece su acumulación en torno a estos dispositivos. En estudios de campo se halló que las longitudes de onda más atractivas oscilan entre ≈ 400 y 500 nm (azul-verde) y el ultravioleta cercano (≈ 350-400 nm); por consiguiente, dispositivos con emisiones de “blanco frío” (más azul) registran hasta 1,4 veces más insectos que los de “blanco cálido”.
Por otro lado, el patrón de pulsación o parpadeo imperceptible de muchas pantallas (tasa de refresco, back-light) puede activar reflejos de vuelo en dípteros y lepidópteros sensibles al cambio de intensidad luminosa. Además, la proximidad de una fuente luminosa doméstica crea un gradiente de irradiancia que facilita la detección a corta distancia y propicia la congregación de coleópteros y dípteros alrededor de televisores, monitores y pantallas LED. En consecuencia, el diseño espectral y el control de parpadeo de las luces domésticas son elementos clave para entender por qué ciertos insectos se sienten atraídos a aparatos y cortinas iluminadas.
Los insectos nocturnos muestran una fototaxia positiva más fuerte hacia fuentes de luz con longitudes de onda entre 370 y 480 nm, es decir, en el rango ultravioleta y azul.
Las lámparas de espectro amplio (como LED blancos fríos o fluorescentes) atraen entre 2,5 y 3 veces más insectos que las luces de espectro estrecho (como las LED ámbar o cálidas).
Los dípteros y lepidópteros representaron más del 60 % del total de capturas en entornos iluminados con LED blancos, confirmando su alta sensibilidad a longitudes de onda cortas.
La luz LED ámbar (λ = 590 nm) redujo la atracción de insectos en aproximadamente 45 % en comparación con la luz blanca fría (λ ≈ 450 nm).
La intensidad luminosa (lux) influyó menos que el tipo de espectro: incluso luces de baja intensidad pero con componentes UV siguieron atrayendo gran cantidad de insectos.
Los modelos predictivos de la investigación demostraron que el patrón de emisión continuo y de espectro amplio causa una desorientación visual más pronunciada, afectando el vuelo y el comportamiento de orientación de muchas especies nocturnas.
Los autores recomiendan luz cálida o ámbar con picos de emisión >560 nm para minimizar la atracción de insectos sin comprometer la visibilidad humana.
Estos resultados se basan en el estudio experimental publicado en Frontiers in Ecology and Evolution (Hao et al., 2023), “Assessing the attraction of narrow-spectrum and broad-spectrum artificial light to nocturnal insects: patterns and predictive models”.
Respuesta diferencial de los insectos nocturnos a la luz ultravioleta frente a la luz azul fría

Los estudios demuestran que muchos insectos nocturnos presentan una sensibilidad biológica mayor a la luz ultravioleta (≈ 365 nm) que a la luz azul fría (≈ 450 nm); por ejemplo, en un experimento con 6116 polillas de 95 especies, el 84 % de las capturas respondieron a una lámpara de UV frente al 63 % que respondieron a una de azul.
No obstante, en otras especies la luz azul fría resultó aún más atractiva: como en el caso de Spodoptera frugiperda, donde dicha luz provocó la mayor tasa de fototaxia comparada con la UV.
Esta variabilidad puede explicarse por diferencias en la expresión de opsinas y en la sensibilidad espectral del ojo compuesto de cada especie; además, la intensidad de la luz y su patrón (continuo o parpadeante) modulan la respuesta.
Por consiguiente, aunque la UV suele ser la más atractiva para muchos lepidópteros, la luz azul fría no debe subestimarse como factor de atracción en entornos domésticos iluminados. (Brehm, G; Niermann, J; et al 2021 Moths are strongly attracted to ultraviolet and blue radiation. Insect Conservation and Diversity)
Sensibilidad espectral de dípteros domésticos (mosquitos/midges) frente a LEDs intermitentes
Los dípteros hematófagos como Culex pipiens presentan mayor atracción hacia longitudes de onda cortas, concretamente UV (≈ 350-365 nm) y azul-verde (≈ 450-525 nm).
Una luz blanca de espectro amplio combinada por LEDs (“RGB”) resultó menos atractiva para C. pipiens que una luz blanca amplia convencional; mientras que una luz “azul+amarilla” fue más atractiva que la blanca amplia.
En experimentos con fuentes LED y luz parpadeante, las trampas con frecuencia de parpadeo ≤10 Hz atraparon menos dípteros que luces con parpadeo >40 Hz o contínuas; los insectos podían percibir el parpadeo y mostrar evitación.
Intensidades más altas en la misma longitud de onda incrementaron la tasa de captura en dípteros: por ejemplo, en estudios de campo un LED verde (520 nm) con mitad de intensidad atrapó más midges que una luz incandescente de espectro amplio. Según datos publicados por Wilson R, Wakefield A, Roberts N, Jones G.2021 Artificial light and biting flies: the parallel development of attractive light traps and unattractive domestic lights.
Microhábitats luminosos domésticos: por qué ventanas, pantallas y faroles funcionan como trampas
Las ventanas iluminadas hacia el exterior permiten que la luz interior se proyecte como un punto de alta luminosidad visible para insectos voladores, creando un gradiente de irradiancia que atrae especies fototácticas. Además, las pantallas (televisores, monitores, gadgets) emiten luz con alta componente azul y ultravioleta espectros extremadamente atractivos para dípteros y lepidópteros, lo cual aumenta la probabilidad de que estos insectos se aproximen.
Por otro lado, los faroles o lámparas exteriores sin buen sombreado emiten luz hacia arriba y afuera, generando un “halo” luminoso amplio que funciona como señuelo para muchos insectos.
Esta combinación de factores alto contraste luminoso, espectro azul/UV y acceso fácil al interior transforma esos microhábitats en “trampas” donde los insectos quedan concentrados, reflejando lo observado en estudios sobre contaminación lumínica y fototaxia.
En esta tabla repasamos las diferentes características del espectro de color del LED y las diferentes bombillas que atraen a los insectos nocturnos:
Fuente de luz (doméstica) | Rango espectral típico (nm) | Nivel relativo de atracción para insectos nocturnos (evidencia) |
|---|---|---|
LED blanco frío (habituales en pantallas y luminarias interior/exterior «cool white») | ≈ 400–500 nm (pico en azul ~450 nm). | Alta atracción: estudios muestran que fuentes con componente azul atraen 2,5–3 veces más insectos que fuentes de espectro estrecho cálido. |
Pantallas LED / televisores (backlight LED) | Emisión con pico azul ≈ 440–460 nm + componentes verdes/rojos secundarios. | Alta atracción (similar a LED frío): por su pico azul, suelen comportarse como LED frío; aumento significativo de capturas en ensayos. |
Lámparas LED ámbar / «warm-amber» (filtro ámbar) | ≈ 580–620 nm (pico > 560–590 nm; mínima componente azul/UV). | Baja atracción: reducción experimental de atracción ≈ 45–60 % frente a luces blancas frías; recomendado para minimizar ALAN. |
Fluorescentes compactas / LED blanco neutro (espectro amplio) | ≈ 380–650 nm (espectro amplio con componente azul y UV cercano). | Muy alta atracción: las fuentes de espectro amplio concentran más insectos que fuentes estrechas; en estudios colectaron la mayor proporción de dípteros y lepidópteros. |
Incandescentes tradicionales | Espectro continuo con más energía en rojo-amarillo (>600 nm) y escaso componente azul/UV. | Baja-moderada atracción: menor atracción relativa que LED blanco frío; comportamiento dependiente de intensidad. (inferencia consistente con datos sobre espectro). |
Ventanas iluminadas (luz interior proyectada al exterior) | Igual que la fuente interior (varía según bombilla); contraste alto frente al exterior. | Atracción aumentada por contraste: aunque la luz tenga espectro cálido, la ventana funciona como “punto visible”; puede aumentar la llegada de insectos respecto a la misma bombilla sin fuga. |
Ventanas con cortinas claras: polo de acumulación para especies atraídas por luz reflejada
Las ventanas con cortinas claras actúan como verdaderos imanes luminosos para ciertas especies nocturnas.
Al atraer presas y depredadores hacia la luz, los flujos energéticos naturales se distorsionan. Se generan microecosistemas artificiales, con altas tasas de depredación y baja estabilidad ecológica. Estos cambios incrementan la fragmentación funcional de los hábitats y reducen la resiliencia de las poblaciones locales.
La tela clara difunde luz hacia el exterior; así se crea un punto brillante visible a distancia.
Además, la superficie del vidrio produce reflexiones polarizadas que atraen insectos con sensibilidad polarizante.
El contraste entre la oscuridad exterior y el halo proyectado intensifica la detección por fototaxis; en consecuencia, los insectos se concentran en el marco y la cortina.
Este fenómeno no depende solo del espectro, sino también de la polarización y del gradiente de irradiancia generado por la ventana iluminada.
- Relacionado: Las principales razones por las que algunos tipos de insectos se sienten atraídos por la luz
Puntos clave:
- Difusión por la cortina: telas claras dispersan la luz interior, aumentando la visibilidad externa.
- Reflexión polarizada: el vidrio produce luz polarizada; ciertos insectos la confunden con superficies de agua.
- Contraste y gradiente: el fuerte contraste luz/oscuro genera un gradiente que guía a insectos fototácticos hacia la ventana.
- Atrapa por desorientación: luces puntuales y reflejos inducen comportamiento de órbita, atrapando a los insectos.
- Incremento de mortalidad y pérdida funcional: concentración nocturna facilita depredación y reduce éxito reproductivo de poblaciones locales.
- Mitigación práctica: usar cortinas opacas, filtros ámbar y minimizar fugas de luz reduce la atracción notablemente.
Cómo la luz altera la emisión y percepción de feromonas sexuales en polillas urbanas

La luz artificial nocturna puede interrumpir tanto la emisión como la percepción de feromonas sexuales en polillas, lo cual afecta su reproducción. Por ejemplo, en Mamestra brassicae se observó que la iluminación artificial redujo la producción de la feromona principal Z11-16:Ac, mientras aumentó compuestos disruptores como Z9-14:Ac y Z11-16:OH, lo que disminuye la eficacia de la señal para atraer machos. Además, bajo iluminación nocturna artificial, se registró que solamente 13-28 % de las hembras de Operophtera brumata habían copulado, comparado con 53 % en zonas oscuras; el efecto se atribuye-en parte-a la inhibición de la emisión de feromonas femeninas y la reducción de atracción masculina.
Este tipo de alteración química y de comportamiento implica que la contaminación lumínica doméstica puede comprometer seriamente los sistemas de comunicación sexual en polillas urbanas, reduciendo su éxito reproductivo y posiblemente contribuyendo a declives poblacionales. (van Geffen, K. G., Groot, A. T., van Grunsven, R. H. A., Donners, M., Berendse, F., & Veenendaal, E. M. (2015). Artificial night lighting disrupts sex pheromone production in a noctuid moth.)
Cambios conductuales en insectos nocturnos atraídos por la luz doméstica

1. Desorientación espacial:
Los insectos nocturnos utilizan la luna y las estrellas como referencias para su orientación. La luz artificial especialmente la de espectros azules y ultravioletas emitidos por LED y pantallas confunde su navegación, provocando que giren en espirales continuas alrededor del foco luminoso hasta agotar su energía.
2. Alteración del ciclo circadiano:
La exposición prolongada a luz artificial suprime la producción de melatonina, afectando los ritmos biológicos de descanso y actividad. En mosquitos y polillas, este cambio reduce su eficiencia reproductiva y altera los períodos de alimentación nocturna.
3. Incremento de la depredación:
Al agruparse en torno a fuentes luminosas, los insectos se vuelven presas fáciles para arañas, murciélagos y aves insectívoras. Se estima que la mortalidad por depredación puede aumentar hasta un 300 % en áreas iluminadas frente a zonas oscuras.
4. Interferencia en la comunicación sexual:
En especies como las polillas, la luz artificial reduce la emisión y detección de feromonas, disminuyendo la tasa de apareamiento hasta en un 50 %, lo que impacta negativamente en su dinámica poblacional.
5. Desplazamiento de hábitats y pérdida de biodiversidad:
Algunas especies fototácticas positivas (atraídas por la luz) abandonan sus microhábitats naturales y se concentran en zonas urbanas, provocando desequilibrios ecológicos locales y la reducción de especies menos tolerantes a la contaminación lumínica.
Efectos indirectos: cómo la iluminación doméstica modifica la presencia de depredadores (murciélagos, arañas) y la cadena local
La iluminación artificial nocturna actúa como un atractor masivo de insectos fototácticos, concentrándolos alrededor de fuentes de luz como faroles, pantallas de LED o ventanas iluminadas. Esta acumulación crea lo que los ecólogos denominan “hotspots tróficos”, es decir, puntos de alta densidad de presas que modifican la conducta y distribución de los depredadores naturales.
1. Aumento de la actividad de murciélagos oportunistas:
Numerosas especies insectívoras como Pipistrellus pipistrellus o Eptesicus serotinus muestran una clara preferencia por zonas iluminadas donde la abundancia de insectos puede aumentar entre un 60 y 90 % respecto a áreas oscuras (Rydell, 1992). Estos murciélagos adaptados cambian sus patrones de caza y prolongan su actividad nocturna, lo que altera el equilibrio con especies menos tolerantes a la luz.
2. Reducción de la diversidad de murciélagos sensibles:
Por el contrario, especies como Myotis myotis o Rhinolophus hipposideros evitan la iluminación, lo que genera una segmentación ecológica: las especies oportunistas prosperan, mientras las sensibles desaparecen de los entornos urbanos. Esta sustitución provoca una pérdida funcional en el control de insectos de diferentes tamaños y hábitos.
3. Concentración de arañas tejedoras en áreas iluminadas:
Estudios demostraron que las arañas orbiculares instalan sus telas cerca de fuentes de luz artificial, donde la tasa de captura de presas puede triplicarse. Sin embargo, esta dependencia energética genera vulnerabilidad si la iluminación cambia o se apaga, mostrando cómo la luz doméstica reconfigura los microhábitats depredadores.
4. Efectos en cascada sobre la cadena trófica:
La concentración de depredadores nocturnos en puntos luminosos reduce la población de insectos locales, lo que afecta a polinizadores, descomponedores y especies que dependen de ellos. De hecho, la disminución de polillas y escarabajos nocturnos en áreas urbanas iluminadas puede alcanzar hasta un 50 % menos de biomasa en comparación con zonas rurales oscuras.























































