¿Por qué mi gato maúlla tanto por la noche en etología felina
25-09-2025
¿Te preguntas por qué mi gato maúlla tanto por la noche? Este comportamiento felino, frecuente en hogares, tiene raíces que van desde la necesidad de comunicación hasta posibles alteraciones médicas o ambientales. Los maullidos nocturnos pueden estar vinculados a ansiedad, búsqueda de atención, cambios hormonales o incluso problemas de salud que requieren atención veterinaria. Analizar las causas desde la etología y la medicina veterinaria permite comprender mejor a los gatos y ofrecerles entornos más equilibrados, favoreciendo tanto su bienestar como la tranquilidad de quienes conviven con ellos.
¿Por qué mi gato maúlla tanto por la noche?
Los maullidos nocturnos tienen múltiples causas y cada gato es un mundo. Algunos duermen profundamente, mientras otros patrullan la casa, rascan, maúllan o arañan la puerta. Además, ciertas razas “conversadoras”, como el siamés, vocalizan más que otras.

Entender por qué mi gato maúlla tanto por la noche también llamado maullidos nocturnos, vocalización nocturna o maúlla de madrugada exige observar su lenguaje corporal, su rutina y su salud.
El maullido: cómo y por qué se dirige a los humanos
En primer lugar, los gatos se comunican entre ellos sobre todo a través del lenguaje corporal (posturas, cola, pupilas, orejas) y señales químicas. Sin embargo, el maullido está altamente orientado a comunicarse con los humanos:
aprenden muy pronto que nuestros ojos “no leen” bien su cola o sus bigotes, por lo que usan la voz para llamar la atención, pedir algo o expresar malestar. Por otro lado, también descubren que maullar “funciona” cuando refuerza resultados: si al maullar reciben comida, juego o apertura de puertas, repetirán esa conducta.
Interpretación de los tipos de maullidos
Maullido grave o ronco: puede indicar miedo, dolor, molestia o un estado defensivo. En conflictos entre gatos suele acompañarse de gruñidos y zarpazos. Asimismo, un timbre grave y entrecortado puede asociarse a estrés o a una dolencia localizada.
Maullido suave o corto: suele expresar bienestar, búsqueda de contacto o petición amable de atención.
Maullidos de celo (vocalización reproductiva): durante el estro, las gatas emiten vocalizaciones muy agudas, intensas y continuas; los machos enteros responden con llamadas potentes.
Otros sonidos útiles: el trino (saludo amistoso), el castañeteo (frustración predatoria al ver aves) y el bufido (advertencia) ayudan a completar el contexto.
Comportamiento natural: un felino crepuscular

Por otra parte, los gatos son animales crepusculares: están más activos al amanecer y al anochecer, franjas óptimas para cazar. Incluso el gato de interior conserva ese ritmo circadiano; así, muchos se activan de noche y temprano por la mañana. No obstante, ese patrón puede intensificarse por hábitos aprendidos o por necesidades no cubiertas.
Causas frecuentes de maullidos nocturnos
- 1Estrés e inseguridad: cambios en la casa, ruidos, nuevos animales, mudanzas o falta de escondites.
- 2Hambre o expectativas de comida a determinadas horas (especialmente si alguna vez se les alimentó al maullar).
- 3Aburrimiento y baja estimulación ambiental; falta de juego de “caza” diario.
- 4Soledad o búsqueda de interacción social.
- 5Hábito reforzado: si maúlla y recibe atención, el ciclo se mantiene.
- 6Dolor o enfermedad: artrosis, enfermedad dental, cistitis, insuficiencia renal, hipertiroidismo, hipertensión, entre otras.
- 7Fluctuaciones hormonales: celo en hembras y machos no esterilizados.
- 8Envejecimiento cerebral: disfunción cognitiva felina (senilidad), desorientación nocturna.
- 9Factores ambientales: luz, temperatura, presencia de gatos exteriores, ventanas sin bloqueo visual.
Señales de alerta médica
Sin embargo, cuando el maullido nocturno aparece de forma súbita, aumenta en intensidad o se acompaña de otros signos, conviene consultar al veterinario: pérdida de peso con apetito alto (hipertiroidismo), pupilas muy dilatadas o ceguera súbita (hipertensión), beber y orinar más (riñón), vocalización con dolor al usar la bandeja, cojera, halitosis intensa o encías inflamadas.
Qué hacer: plan de acción paso a paso

Lista práctica para aclarar y ampliar la información
Identifica el motivo principal : ¿hambre, juego, estrés, dolor, hábito ?
Chequeo veterinario si hay cambios bruscos, pérdida de peso, sed excesiva, dolor o edad avanzada.
Juega por la noche (caza simulada) y alimenta después para favorecer el descanso.
Programa microcomidas con comedero automático entre 4 :00–6 :00.
Enriquece el ambiente : rascadores, alturas, escondites, puzzles, ventanas seguras.
No refuerces el maullido : evita levantarte a servir comida o abrir puertas cuando vocaliza.
Reduce estímulos externos : cortinas, ruido blanco suave, rutina estable.
Considera feromonas y, si es entero, esterilización.

Acude al especialista en conducta si hay ansiedad marcada o disfunción cognitiva.
¿Por qué mi gato maúlla tanto por la noche ? A menudo se trata de una combinación de biología felina crepuscular, expectativas aprendidas y, en algunos casos, necesidades médicas o emocionales. Con un enfoque integral salud, entorno, rutina y manejo del refuerzo los maullidos nocturnos suelen reducirse de forma notable y sostenible. Si pese a los ajustes no hay mejoría en 2–3 semanas, busca apoyo veterinario o de un etólogo para un plan personalizado.
¿Por qué mi gato maúlla tanto por la noche?
El aburrimiento y la búsqueda de atención
En muchos casos, los maullidos nocturnos son una manera de manifestar malestar emocional. Aunque los gatos son conocidos por su independencia y su capacidad de tolerar largos periodos de soledad, no todos lo llevan igual. Algunos son más sensibles y, después de pasar el día solos, reclaman compañía durante la noche.
Por lo tanto, si tu gato te despierta de madrugada con insistencia, es posible que simplemente quiera estar contigo, interactuar o recibir caricias. El aburrimiento felino también puede expresarse a través de vocalizaciones constantes, especialmente cuando siente falta de juego, complicidad o atención diaria. De hecho, la noche cuando por fin estás en casa suele ser el momento en que exige esa interacción acumulada.
Estrés y ansiedad

Por otro lado, el estrés es otra de las causas frecuentes detrás de la pregunta: ¿por qué mi gato maúlla tanto por la noche? Los felinos son extremadamente sensibles a los cambios, incluso a los que a nosotros nos parecen insignificantes. Una mudanza, una nueva mascota, ruidos extraños o incluso visitas poco habituales pueden alterar profundamente su equilibrio emocional.
Además, algunos gatos se sienten inseguros en la oscuridad. Este miedo puede deberse a un trauma temprano, a la falta de referencias sensoriales o a la vulnerabilidad asociada a la edad avanzada. En consecuencia, un gato mayor puede percibir la noche como un momento de mayor peligro. En tales casos, colocar una luz tenue o una pequeña lámpara de noche cerca de su cama, árbol rascador o cesta, le aporta calma y seguridad.
Hambre y hábitos alimentarios inadecuados
No debemos olvidar que los gatos son cazadores crepusculares. Sus picos de actividad coinciden con el anochecer y el amanecer, momentos en los que el instinto de caza se activa, acompañado de la sensación de hambre.
Sin embargo, no basta con “haber comido” el día anterior. Si la dieta no es adecuada piensos pobres en proteínas animales, excesivamente procesados o con demasiados carbohidratos, el gato puede no sentirse saciado. Asimismo, su naturaleza de microcomedores lo lleva a ingerir entre 12 y 16 pequeñas presas en libertad cada día. Por ello, limitarlo a uno o dos platos diarios puede generar frustración y maullidos insistentes durante la noche.
Posibles problemas de salud
En ocasiones, los maullidos nocturnos son una advertencia de que algo no anda bien. Exceptuando el caso de las hembras en celo o la comunicación entre madre y gatito, los gatos no suelen maullar entre ellos; reservan ese recurso principalmente para hablar con nosotros.
Así, cuando un gato comienza a vocalizar de manera repentina, intensa o distinta a la habitual, puede estar intentando indicar dolor o enfermedad. Síntomas como maullidos roncos y persistentes acompañados de deambulación sin rumbo requieren una consulta veterinaria urgente, ya que pueden estar asociados a dolencias neurológicas, metabólicas o al síndrome de disfunción cognitiva felina en gatos mayores.
Lista práctica de recomendaciones
Evalúa el entorno social: dedica tiempo de juego e interacción cada día, no solo por la noche.
- Controla el estrés: ofrece escondites, zonas en altura y utiliza feromonas sintéticas para mayor tranquilidad.
- Apoya con luz ambiental: una pequeña lámpara nocturna puede ayudar a gatos ansiosos o mayores.
- Revisa la dieta: prioriza alimentos ricos en proteína animal y divide las raciones en varias tomas.
Incorpora comederos automáticos o juguetes dispensadores para simular la caza nocturna.
Vigila su salud: ante cambios bruscos en el patrón de maullidos, pérdida de peso, apatía o desorientación, acude al veterinario sin demora.
Cuando nos preguntamos “¿por qué mi gato maúlla tanto por la noche?”, debemos considerar tanto los factores emocionales (aburrimiento, soledad, estrés), como los alimentarios y los médicos. Con paciencia, rutinas de juego, ajustes en la dieta y una revisión veterinaria cuando sea necesario, es posible reducir de manera significativa los maullidos nocturnos y mejorar la calidad de vida tanto del felino como de su familia humana.
¿Cómo lograr que se calme?

Si ya descartaste que tu gato padezca una enfermedad o dolor, es probable que los maullidos nocturnos respondan a otras causas emocionales o ambientales. En este caso, existen varias estrategias para calmarlo y recuperar tus horas de descanso sin reforzar la conducta.
Ignorar el maullido de forma estratégica
En la mayoría de las ocasiones, lo más eficaz es no reaccionar: no lo mires, no lo acaricies ni le hables. Si tu gato comprueba que no obtiene respuesta, con el tiempo dejará de insistir. Aunque al principio puede intensificar el maullido (lo que se conoce como estallido de extinción), la constancia hará que comprenda que no consigue lo que busca.
Manejo de la alimentación nocturna
Si el hambre es el motivo de sus llamadas, lo ideal es dejarle una pequeña ración de croquetas antes de dormir o programar un comedero automático. Recuerda que los gatos son comedores de pequeñas cantidades a lo largo del día y la noche, a diferencia de los humanos o los perros. Sin embargo, evita levantarte para alimentarlo de madrugada, porque de ese modo reforzarás el hábito de despertarte cada noche.
Estrés y ansiedad: cómo reducirlos
Los gatos son extremadamente sensibles a su entorno. Una mudanza, cambios de muebles, la llegada de una nueva mascota o incluso olores distintos pueden generarles estrés y ansiedad. Estos factores rompen sus rutinas y provocan maullidos nocturnos.
En estos casos:
- Dedícale tiempo de calidad durante el día: juego, caricias, cepillado.
- Establece rutinas que le aporten seguridad.
- Considera difusores de feromonas sintéticas o incluso flores de Bach, que ayudan a disminuir la ansiedad.
- No te levantes cada vez que maúlle por inseguridad, ya que se habituará a necesitar tu presencia.
Aburrimiento y necesidad de estimulación
Cuando el aburrimiento es la causa, sobre todo en gatitos jóvenes o gatos muy activos, la solución es ofrecer suficiente estimulación diurna para que lleguen a la noche más relajados.
Algunas ideas útiles:
- Sesiones de juego interactivo con cañas, pelotas o juguetes que imiten presas.
- Juguetes de inteligencia o dispensadores de comida que los mantengan ocupados.
- Rotación de juguetes para evitar monotonía.
- Acceso a rascadores, estanterías y árboles para gatos que les permitan trepar y gastar energía.
- Un gato cansado física y mentalmente será menos propenso a despertarte con maullidos nocturnos.
Lista práctica de consejos para calmar los maullidos nocturnos
- Ignora la conducta: no refuerces el maullido con atención.
- Deja comida antes de dormir o utiliza comederos automáticos.
- Evita cambios bruscos en el entorno que generen estrés.
- Enriquece su ambiente con juguetes, rascadores y espacios elevados.
- Juega antes de acostarte para que queme energía y se relaje.
- Usa feromonas o flores de Bach para reducir la ansiedad.
- Consulta al veterinario si los maullidos se acompañan de otros síntomas.
En definitiva, cuando nos preguntamos “¿por qué mi gato maúlla tanto por la noche?”, debemos considerar factores como la alimentación, el estrés, el aburrimiento o los hábitos aprendidos. La clave está en encontrar un equilibrio entre cubrir sus necesidades naturales y no reforzar los comportamientos que interrumpen nuestro descanso. Con paciencia, rutinas estables y un entorno enriquecido, es posible reducir los maullidos nocturnos de manera significativa.